Para intentar dar una respuesta, primero hay que hacer una reflexión sobre qué es el dinero. Hasta la Primera Guerra Mundial, el sistema monetario que se utilizaba era el patrón oro. El patrón oro aseguraba que la divisa podía ser intercambiada por oro en el banco central del país: el banco tenía la obligación de cambiar la moneda por su equivalente en oro, lo que facilitaba las transacciones internacionales ya que el oro funcionaba como moneda de cambio.
Durante la Primera Guerra Mundial, algunos países comenzaron a emitir más dinero del que podían respaldar en oro para hacer frente a los gastos de la guerra. Esto provocó que el patrón oro quebrara y diera paso al patrón cambio-oro. En este esquema, el dólar seguía siendo intercambiable por oro, pero el resto de monedas pivotaban su precio respecto al dólar. Es decir: el dólar debía tener su equivalente en oro, pero no necesitaba tener el equivalente en todas las demás divisas. Había más dinero que oro.
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